¨OSMORREGULACIÓN Y EXCRECIÓN DE VERTEBRADOS¨
En respuesta a los requerimientos de los diversos entornos en los que viven los vertebrados, han evolucionado adaptaciones para regular el contenido de sal y agua, y para excretar desechos. El órgano osmorregulador y excretor más importante en la mayoría de los vertebrados es el riñón, esta excreta la mayoría de los desechos nitrogenados y ayuda a mantener el equilibrio de líquidos ajustando el contenido de sal y agua en la orina. La piel, los pulmones o las branquias y el sistema digestivo también ayudan a mantener el equilibrio de líquidos y a eliminar los desechos metabólicos.
Los vertebrados de agua dulce deben deshacerse por sí mismos del exceso de agua
La concentración de sal en los líquidos corporales de los peces sigue siendo mayor que la del agua dulce que los rodea. Son hipertónicos con respecto al entorno acuoso. Como resultado, el agua se mueve hacia el cuerpo y están en peligro constante de saturarse de agua. Esto es sólo una parte del reto de la osmorregulación en los peces de agua dulce. Estos animales también tienden a perder sales por difusión a través de las branquias, para ello existen unas células especiales en las branquias que transportan activamente sales (principalmente cloruro de sodio) del agua hacia el cuerpo.
La mayoría de los anfibios son por lo menos semiacuáticos y sus mecanismos de osmorregulación son semejantes a los de los peces de agua dulce. El transporte activo de sal hacia el cuerpo por medio de células especiales en la piel compensa la pérdida de sal a través de la orina y la piel.
Los vertebrados marinos deben reemplazar el líquido perdido
Cuando algunos de estos peces regresaron al mar hace aproximadamente 200 millones de años, sus cuerpos y líquidos corporales eran menos salados que sus alrededores; es decir, eran hipotónicos con su entorno.
Estos peces pierden agua osmóticamente y toman sal. Para compensar la pérdida de líquidos, muchos peces marinos óseos beben agua de mar. Retienen el agua y excretan sal por la acción de células especializadas en sus branquias. Las branquias son responsables de la excreción de amoniaco.
Los peces marinos cartilaginosos (tiburones y rayas) poseen adaptaciones osmorregulatorias diferentes que les permiten tolerar las concentraciones de sal de su entorno. Estos animales acumulan y toleran cantidades de urea que pueden ser tóxicas para la mayoría de animales marinos. Los peces marinos cartilaginosos poseen riñones bien desarrollados que excretan un gran volumen de orina. El exceso de sal es excretado por los riñones y, en muchas especies, por una glándula rectal.
Ciertos reptiles y aves marinas ingieren agua de mar y toman bastante sal en su alimento. Las glándulas en su cabeza excretan sal. Estas glándulas de sal suelen estar inactivas; funcionan sólo en respuesta a estrés osmótico.
Las ballenas, los delfines y otros mamíferos marinos ingieren agua de mar junto con su alimento. Sus riñones producen orina concentrada, mucho más salada que el agua de mar. La dieta alta en proteínas de estos animales resulta en la producción de grandes cantidades de urea, que debe ser excretada en la orina sin perder mucha agua.
Órganos excretores en vertebrados terrestres
El hígado produce urea y ácido úrico, que son transportados por la sangre a los riñones. La mayor parte de los pigmentos biliares producidos por la descomposición de los glóbulos rojos es excretada por el hígado hacia el intestino. Del intestino pasan fuera del cuerpo con las heces.
Comentarios
Publicar un comentario